Espacio del narrador

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En esta ocasión presentamos al abuelo Osvaldo; con sus 92 años, escribe cuentos, tiene su PC y navega por internet. Nos envió un cuento de su autoria: "Regalo de Reyes".

Regalo de Reyes
Roberto es un chico con muchas energías, alegre, despierto, siempre con ganas de hacer alguna travesura que su mamá resignadamente tolera y perdona; en fin, podemos decir que Roberto es igual a todos los chicos que lucen sus ocho años tan resplandecientes como él. Sin embargo hay algo que preocupa sobremanera a Roberto: su papa está muy enojado porque sus calificaciones en el colegio fueron muy bajas: por eso, cuando las vio, solo atino a decir en tono por demás tajante: este año no hay regalo de reyes magos para vos.
Era lo último que deseaba oír, pues de esa manera se desvanecía su sueño de tener ese video juego que tanto anhelaba y que, precisamente pensaba pedir a los reyes magos.
Como hace siempre que se encuentra en dificultades, Roberto busco refugio en su tío Ricardo, un solterón que tiene adoración por su sobrino que, en esas ocasiones con buenos consejos consigue levantarle su alicaído ánimo.
Las palabras del tío fueron, también en esta ocasión, muy efectivas pues se sintió completamente reconfortado; tanto que, con paso decidido fue a escribir la carta haciendo el pedido  rápidamente ponerla junto a sus zapatos. Satisfecho, pero no muy convencido, se fue a dormir.
Grande fue su sorpresa cuando al día siguiente vio junto a sus zapatos el video juegos con el que el tanto había soñado: no lo podía creer, y así se lo manifestó a su tío que en ese momento llegaba atraído por el grito de alegría proferido por Roberto.
-Tío entonces es cierto que los reyes magos existen, vos lo oíste a mi papa cuando dijo que de parte de él no tendría regalo alguno.
-Claro que existen, yo los vi. Te cuento. Ayer me acosté y como siempre hago antes de dormirme, me puse a leer un libro, pero a eso de la media noche escuche ruido y voces que venían de la calle, me levante y sigilosamente, tratando que no me vieran los que hablaban, pude observar que trataba de los reyes magos y que uno de ellos tenía tu cartita en las sus manos y discutía acaloradamente con los otros dos. Acercándome mas puede escuchar que decía que por tu pobre actuación como alumno no correspondía cumplir con tu pedido; con solo un movimiento de cabeza, uno de ellos dio su adhesión a lo propuesto por el primero. En cambio el tercero, que parecía más joven y que era negro, respondió que tal vez el regalo podría servirte de incentivo para mejorar tu aplicación el próximo año. Los otros dos no estuvieron de acuerdo y sin más se alejaron elevándose en el aire.
En ese momento, creyendo que se habían ido todos yo me asome y el rey negro que aun estaba allí me vio y, luego de un momento de duda, se fue tras des sus compañeros; pero cuando ya había recorrido una distancia bastante grande se dio vuelta, me miro, me sonrió y arrojo un paquete que empezó a caer con enorme velocidad pero, para mi asombro, poco antes de llegar al suelo aminoro la marcha y se poso suavemente junto a tus zapatos.
-Tío, sabes una cosa. El rey negro tenía razón, esto me va a servir de lección y te prometo que no solo este año sino también en lo venideros me dedicare a estudiar mas y ser un buen alumno como es el deseo de mi papa.
Y ahora te invito a que vayamos a jugar con mi nuevo chiche.
Contento y a la vez emocionado por las palabras de Roberto, el tío no titubeo en aceptar la invitación y allá fueron a instalar el video juego en el televisor. Sin embargo, grande fue la sorpresa cuando vio que la primera imagen que apareció representaba a los tres reyes magos con sus respectivos camellos y que el rey negro, ubicado en último termino le dirigía un significativo guiño acompañado de un gesto de complacencia.
                                                                          Firmado: Osvaldo La Torre